Carta a Chepita

Ciudad de México, 1947 Ah, si cada vez que pasas pudiera detenerte y platicar contigo. ¡Verte de cerca, escucharte reír! Quiero aprender tu risa como he aprendido ya tu andar y tu mirada. (El conato de tu mirada, pura aproximación a tus ojos, porque jamás me miras.) Y...

Carta de Emily Dickinson a Susan Gilbert

Febrero de 1852 Domingo por la mañana Gracias doy a los queridos copitos de nieve, porque caen hoy y no un día cualquiera de la semana, cuando el mundo y sus cuidados se afanan en mantenerme lejos de mi amiga, la ausente — y gracias te doy también a ti, querida Susie,...

Carta de Cesare Pavese a Pierina

 Querida Pierina: … Pierina, quisiera ser tu hermano -ante todo porque en ese caso habría entre nosotros un vínculo menos banal, y después para que pudieras escucharme y creerme con confianza. Si me enamoré de ti, no es sólo porque, como se dice, te...

Aire de las Colinas

Juan Rulfo estuvo enamorado de una sola mujer: Clara. Ambos sostuvieron un noviazgo por correspondencia. Clara Aparicio guardo celosamente por más de 50 años las cartas de su esposo, hasta que años después de su muerte decidió publicarlas y así surge: Aire de las...