¡Y llegamos a junio! ¿Qué tal pinta el mes para ti? Se acerca el verano, las vacaciones y los días soleados.
Esta semana te propongo un ejercicio inspirado en las cartas. Recuerda que puede ser cualquier tipo de cartas, la baraja española, las cartas de la lotería, las cartas de recomendación, las cartas de amor y desamor, cartas de reclamo, cartas de garantía y devolución, cartas del tarot y hasta cartas de navegación. Imagina qué dirían los personajes de las cartas de la lotería mexicana, o quizás una carta de la abuela o la carta de amor de un espía. ¡Vamos a divertirnos y promover finales divertidos!
¿Listo? Aquí vamos.
Te comparto mi ejercicio.
Las cartas de Madame 22
La mujer del 22 tira las cartas del tarot mientras ríe y escupe un poco de futuro. La señorita Gilda como la conocen el edificio de departamentos, es una maestra recién salidita de la normal, y como todos, batalla para llegar a fin de mes. Años de tirar las cartas le confirman que su destino está en las cartas, pero en las cartas de amor. Sí, esas que encontró en el contenedor de basura comunitario. Ahora sabe que un vecino, puede ser cualquiera, tiene una vena poética que puede generarle ganancias. En el Facebook y en la vida todo se vale, se dijo a sí misma. Especialmente en el tan competitivo y feroz apartado de la vendimia y del amor.
Maestra de día, adivina de tarde y noche. No había tiempo que perder. Iniciada en las artes de la adivinación y los poderes curativos de las hierbas, Gilda puso manos a la obra. Después de todo su abuela Ignacia, era la curandera del rancho donde nació. Para poder mantenerse en la ciudad y seguir estudiando no había muchas opciones o trabajar al servicio de una familia acomodada o instalarse en una pensión. Pues Gilda no consiguió ni uno ni lo otro, se quedó en un cuartuacho lleno de orines y cuarteaduras, en la azotea de un viejo edificio de apenas 3 pisos. Ni había 22 departamentos ni mucho menos, pero el dueño creyó ser original y empezó la numeración con el número 10.
La abuela le consiguió trabajo en una yerbería, después de todo la niña, como le decía, tenía el don, aprendería lo que había que saber y lo demás lo podía inventar, total, quién se iba a dar cuenta. Eso sí, la curandera le enseñó muy bien sobre las hierbas peligrosas, no fuera a matar a un cristiano por error. —Morir solo de amor, hijita, por pendeja, nunca. —la verdad es que Gilda no sabía la diferencia.
Volvamos a las cartas. Gilda recogió las cartas con cuidado, les dio una buena sacudida y se las llevó a su cuarto. Las leyó con atención. Pues la Gilda muy de rancho y de brujería, pero bien que le sabía al TikTok y al Face. Se armó su cuenta y ofrecía sus servicios de poeta y hechizos de amor a cambio de 100 pesos. No quería verse muy abusiva. Sabía que en internet cualquiera podría encontrar poemas y cosas cursis para regalar, pero una carta de amor personalizada era distinta, era especial, era valor agregado y como decían los influencers modernos: hay que vender experiencias. Y Gilda lo hizo.
Lo compartió en los grupos de Whatsapp de los vecinos, de las amigas y discretamente con las mamás de sus alumnos. Uno nunca sabe quién necesita ayuda.
Madame 22 ofrece sus servicios de poemas y cartas de amor para este 14 de febrero. Hago lecturas amorosas del tarot y preparo hierbas de amor. Promoción especial 100 pesos la carta de amor. Dale a tu pareja una sorpresa. Escríbeme.
Las respuestas fueron tibias al principio. Pero cuando se animó una de las vecinas se corrió la voz. Los clientes empezaron a llegar. Gilda reescribía las cartas, cambiando algunos detalles como el nombre del ser amado e información que le compartía el cliente y otro poco que inventaba. No se preocupaba porque el material se le fuera acabar, al contrario, podría hacer tantas versiones como necesitara y, es más, ya estaba pensando en las cartas del día del padre y de la madre.
El negocio prosperó y le empezaron a agendar citas privadas para lecturas de cartas. La Gilda salió bastante lista porque las agendaba por videollamada, así que tampoco debía de salirse de su edificio ni invertir en traslados ni tiempo de espera; pero olvido el consejo más importante de la abuela: sigue tu intuición. Para cualquiera que tiene el don debe ser su brújula más importante. Seguir los dictados del futuro es también cuidarse y ella ignoró las señales. Afuera de su casa se instaló un panal de avispas y por más que limpiaba la casa algo olía mal.
Madame 22 seguía con su entrega de cartas, las enviaba de forma digital y el cliente debía transcribirla con su puño y letra para que el destinatario confiara en que la había escrito. El 14 de febrero y su locura romántica terminó. Finalmente la sorpresa tocó la puerta. Era Pascual, otro de los inquilinos. Trabajaba de guardia en el turno nocturno de una fábrica de papel. Dormía de día cuando el resto de los habitantes del edificio estaban en horas laborales. Gilda se dirigió a la puerta y vio como una nota entraba suavemente por la rendija. Reconoció inmediatamente la caligrafía y el papel.
Querida Madame 22:
Gracias por sacar provecho de mis talentos. Es turno de convertirnos en socios y llevar el negocio del romance a otro nivel. Tengo muchas ideas, por lo pronto ya te armé una agenda para lectura de tarot aquí en la fábrica, el próximo viernes a las 5 pm. Despuesito de que nos entren la raya de la semana. Soy Pascual, tu vecino y socio en el amor.
Pd: Te invito unas hamburguesas.
Madame 22 se quedó impactada con la nota. El tarot se lo dijo desde niña. El amor y la prosperidad llegarían a su vida en una tirada de cartas.