Ejercicio de Escritura #11
¡Jueves de escritura! Nuestro reto 11 con su número mágico y sus deseos escondidos. Para esta semana quiero proponerte trabajar con el diálogo. El diálogo es importante para la narración, debe aportar valor, cambiar la historia, ofrecernos información relevante y personal. El diálogo nos ayuda a descubrir a nuestros personajes.
En mi ejercicio de hoy seleccioné un diálogo con un personaje animal. Aprovechar el diálogo con los animales nos ayuda a tratar temas profundos. Recuerda las fábulas donde los animales muestran valores y características humanas y buscan reflexionar sobre ellas.
Los diálogos se pueden marcar con comillas, cursivas y generalmente con guion largo. Marcan el inicio y el final del diálogo. En mi ejercicio encontrarás que solo lo maneje en la apertura, se utiliza con guion de cierre cuando está dentro de un párrafo o bien para indicar el fin de este.
—Oye, nube. ¿Tienes alas?
—No, pajarito. Yo no tengo alas. Yo floto.
—Ah sí, yo vuelo y vuelvo y vuelo…pero ¿qué pasa si un día no puedo volar? ¿Voy a flotar como tú?
—No, las nubes somos de agua y a veces nos disfrazamos de figuras divertidas para los que les gusta mirar el cielo. Los pájaros como tú son de plumas.
—Sí, tengo plumas por aquí y plumas por allá. ¿A dónde van mis plumas cuando no puedo volar?
—Las nubes llovemos, gotita a gotita escurrimos hasta acariciar el suelo y luego volvemos a subir y a llover. Viajamos mucho, nos reímos más y cuando el sol se junta con nosotras nos ponemos vestidos de colores.
—¡Qué bien! Yo canto y vuelo, y cuando no pueda volar seré aire. ¿Verdad, nube?
—Sí y gracias a ti flotaré.