“Aunque en mi nombre hay agua purificadora, en mis manos y en mi boca todo quema.”
Anna Ajmátova.
Abrir El expediente Anna Ajmátova es un viaje al interior del corazón de dos mujeres. Una es poeta, la otra es policía bajo el mando de Stalin. Una escribe en cortezas de abedul susurros y esperanza. La otra escribe cuartillas para sobrevivir, entre la traición y el hechizo. Anna encuentra en la poesía su forma de ser y estar en el mundo, una búsqueda perpetua más allá de la frontera invisible del miedo y el tiempo. Vera escribe entre el perdón y el amor, como testigo y parte de la infamia, con arrepentimiento y dulzura.
Alberto Ruy Sánchez propone una novela documental, llena de poesía y reconocimiento. El libro es descubrimiento y encuentro. No solo es Anna de todas las Rusias, Anna es y somos muchas mujeres. Vera somos muchas. Frente al autoritarismo de Stalin nos enfrentamos al presente, lleno de terribles coincidencias y matices tan dolorosos como ciertos, especialmente la intolerancia, el deseo de acallar la voz viva, la independencia, la libertad, el sentir.
Anna Ajmátova lleva un talismán de lápislazuli. Una alquimista que convierte el dolor, la denuncia, la rabia y el sufrimiento en letras bordadas en cenizas y en las largas filas frente a las prisiones rusas.
El autor nos ofrece una construcción narrativa muy interesante, “literatura collage” en sus propias palabras. Múltiples miradas hipnotizan al lector; nos dejamos seducir, caemos en el magnetismo de la Anna Ajmátova enamorada y pasional, la acompañamos en su rebeldía y el grito ardiente en los cigarrillos de la mesa en su prisión personal, la vemos eregirse diosa de sí misma. Poeta pésele a quién le pese.
Un libro lleno de intimidad y fortaleza interior, que nos invita a volcarnos a nuestro propio contexto, ese lugar donde convergen las preguntas y la poesía.
Alberto Ruy Sánchez es un gran conversador. Inteligente, dulce, sorprendente. Con gran generosidad compartió con el club de Lectura El Circo y la Bruma su más reciente novela, El expediente Anna Ajmátova. Una noche deliciosa llena de poesía y anécdotas. Muchas gracias Alberto, por tu sencillez y cariño.
