Juan Gelman

por | May 6, 2024

Juan Gelman (Buenos Aires, 3 de mayo de 1930 – México DF, 14 de enero de 2014)

Poeta, traductor, periodista y activista político. Considerado como uno de los más grandes poetas argentinos.

Gelman proviene de una familia de imigrantes judíos ucranianos, desde muy pequeño comenzó a escribir y publicar poemas.   Ejerció el periodismo y la crítica política. Militó en el partido comunista y fue acusado y perseguido, estuvo preso y finalmente tuvo que exiliarse en Roma, Madrid, Managua, París y finalmente radicó en México donde murió en 2014.

La obra de Gelman está llena de huellas emocionales, temas cotidianos que adquieren tintes de belleza, pero también hay denuncia e indignación.  Vivió en carne propia la ira de la dictadura con la desaparición y muerte de sus hijos y su nuera.

Escribió música, dos óperas y dos cantatas.

Recibió múltiples premios entre ellos el Premio Nacional de Poesía en 1997, el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2005 y en el 2007 el Premio Cervantes.

 

Te compartimos algunos de sus poemas

 

PREGUNTAS

 

Ya que navegas por mi sangre
y conoces mis límites,
y me despiertas en la mitad del día
para acostarme en tu recuerdo
y eres furia de mi paciencia para mí,
dime qué diablos hago,
por qué te necesito,
quién eres, muda, sola, recorriéndome,
razón de mi pasión,
por qué quiero llenarte solamente de mí,
y abarcarte, acabarte,
mezclarme en tus cabellos
y eres única patria
contra las bestias del olvido.

 

Y construí tu rostro.
Con adivinaciones del amor, construía tu rostro
en los lejanos patios de la infancia.
Albañil con vergüenza,
yo me oculté del mundo para tallar tu imagen,
para darte la voz,
para poner dulzura en tu saliva.
Cuántas veces temblé
apenas si cubierto por la luz del verano
mientras te describía por mi sangre.
Pura mía,
estás hecha de cuántas estaciones
y tu gracia desciende como cuántos crepúsculos.
Cuántas de mis jornadas inventaron tus manos.
Qué infinito de besos contra la soledad
hunde tus pasos en el polvo.
Yo te oficié, te recité por los caminos,
escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra,
te hice un sitio en mi lecho,
te amé, estela invisible, noche a noche.
Así fue que cantaron los silencios.
Años y años trabajé para hacerte
antes de oír un solo sonido de tu alma.

 

Una mujer y un hombre

Una mujer y un hombre llevados por la vida,

una mujer y un hombre cara a cara

habitan en la noche, desbordan por sus manos,

se oyen subir libres en la sombra,

sus cabezas descansan en una bella infancia

que ellos crearon juntos, en plena de sol, de luz,

una mujer y un hombre arados por sus labios

llenan la noche lenta con toda su memoria,

una mujer y un hombre más bellos en el otro

ocupan su lugar en la tierra.

 

La Rueda

El arco o puente que va
de tu mano a la mía cuando
no se tocan, abre
una flor intermedia.
¿Qué toca, qué retoca, qué trastoca
ese vacío de las manos
solas en su fatiga?
Nace una flor, sí,
se agosta en mayo como una
equivocación de la lengua
que se equivoca, sí.
¿Por qué este horror?
En la página de nosotros mismos
tu cuerpo escribe.

 

Ausencia de amor

Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.

Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.

Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.

Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.

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