La maternidad es una experiencia de incertidumbre. Al menos esa es mi experiencia. Un péndulo de dudas entre: ¿Lo estoy haciendo bien? ¿Lo estoy haciendo mal? ¿Estoy haciendo algo? ¿Podré hacer lo suficiente?
Vivo entre la inmensidad del amor y el abismo apabullante del miedo a hacerlo mal.
«La hija oscura» devela la experiencia de la maternidad desde tres puntos de vista: a través de Leda, Callie y Nina. Leda es el hilo conductor de la historia. Es una mujer madura que vacaciona sola en un destino de playa. Llega con una enorme maleta cargada de libros y de culpa. En la playa conoce a Callie, Nina y su pequeña hija Elena. Callie es una mujer de 42 años, embarazada de 6 meses, quien tenía años buscando un hijo; mientras que su hermana Nina, quedó embarazada de Elena muy rápido. Callie es sumamente protectora hacia su hermana y su familia. Nina en cambio es una madre muy joven, dedicada completamente a la crianza de Elena, pero no es feliz en su matrimonio. El primer encuentro con Leda no es nada agradable, sin embargo, algo pasa que las acerca y empieza así una espiral extraña de complicidad y enfrentamientos entre estas mujeres.
Con una narrativa que navega en el tiempo a través del flash back, Maggie Gyllenhaal dirige su primera cinta de un modo elegante y soberbio. Con un inicio algo lento, la cinta va recorriendo el laberinto interior de Leda, sus obsesiones y miedos, sus decisiones e inseguridades y también la extraña afinidad que empieza a desarrollar por Nina.
Olivia Colman está impecable en su papel de profesora de literatura con un secreto a cuestas. Su actuación tiene un balance entre arrogancia y vulnerabilidad, Leda es una mujer que no es fácil de describir o encasillar al retar a una familia numerosa y con lazos peligrosos, pero al mismo tiempo se arriesga a hacer algo contra ellos.
La hija oscura abre un diálogo a la maternidad, la dulzura y sus espinas. Un diálogo que requiere una revisión detallada desde la empatía y muy lejos del sistema patriarcal que encierra a la mujer en la crianza de los hijos. La maternidad es una experiencia de contradicciones. Es obvio que no todo es lindo y bello, hay muchísimos momentos de miedo, asfixia, duda, pero también los hay de sol radiante y paseos de domingo.
En noviembre participé en un taller de poesía con la gran Rocío Cerón, y en el grupo hablamos de la importancia de apoyar la crianza de otras mujeres para poder ser creadoras, para mantener la cordura, para realizar aquello que nos apasiona.
La música es muy buena, especialmente para acompañar los momentos en que la falta de diálogo nos permite destacar las actuaciones y la complejidad de las acciones de los personajes.
Llena de simbolismos, por momentos ambigua y confusa como la propia maternidad, la directora Maggie Gyllenhaal, nos invita a hablar en voz alta de los sinsabores de la crianza, de esos momentos en qué queremos salir corriendo o que nos encerramos en el baño para llorar. La maternidad es un proceso y como tal no siempre es feliz y lleno de gozo, hay mucho dolor, puede ser aplastante, destruir la identidad personal, pero también es una experiencia que no cambiaría por nada.
La película es muy buena. Me identifiqué en parte con todas las mujeres y su modo de ver la maternidad, este mundo tan complejo y cambiante, tan intenso como una duda y al mismo tiempo,a veces, tan solitario. La hija oscura es una oportunidad de observar la maternidad ajena para no sentirnos tan solas.
En su debut como directora, Maggie Gyllenhaal está cosechando muchos premios entre ellos: Mejor Película, Guion, Actriz y Dirección Revelación en los Gotham Awards 2021. También está nominada a dos premios en los Critics’ Choice Awards 2022 y nominada a Mejor Película, Dirección, Actriz de Reparto y Guion en los Spirit Awards 2022
Disfrútala en Netflix.