No hay nada más inquietante que la noche. Esa oscuridad libre e inmensa que adivina tus pasos, acaricia tus ojos, te nombra. La oscuridad es el más fiel de los seguidores, con su paciencia infinita, espera agazapada a que un descuido, un grito, una duda, te haga abrir la puerta para ser devorado. La oscuridad encierra lo innombrable.
Apenas el año pasado conocí la literatura de Mariana Enríquez. En solo un fin de semana leí Las cosas que perdimos en el fuego (2016) y Los peligros de fumar en la cama (2009), sus antologías de cuento; y seguí con su novela Nuestra parte de noche (2019), una novela perturbadoramente adictiva, llena de intensidad y de poderosas imágenes que logran erizar la piel porque no todo lo que narra es ficción, es parte de la historia Argentina.
La novela cuenta la historia de Juan Peterson, un hombre enfermo y viudo con un chico de apenas 6 años, de nombre Gaspar. Juan es el médium de una secta secreta que adora a la Oscuridad y debe luchar lo que le queda de vida para proteger a su hijo de la orden que lo controla.
Mariana Enríquez utiliza varios narradores para conducirnos en la oscuridad. Abre puertas y tras ellas el horror. Sus personajes oscilan entre la cotidianidad y la extrañeza. Una pesadilla vestida de noche que nos envuelve en una espiral de secretos y poderes que no podemos explicar. Seres que habitan en dimensiones paralelas, inexploradas; un rasgo característico en toda la obra.
Enríquez inicia el conjuro, traza el sello para enganchar al lector en una historia que da brincos en el tiempo para sumergirnos en el temor y la represión de la dictadura Argentina; hábilmente maneja este apartado a modo de crónica periodística, para presentarnos situaciones tan espeluznantes como reales que no terminan al cambiar de página. Mariana Enríquez escribe sobre la dictadura militar, las desapariciones forzadas, los toques de queda, la vigilancia excesiva, etc. No quiere olvidar, quiere resistir, la verdad debe ser narrada.
En Nuestra parte de Noche, la autora retoma el personaje de uno de sus cuentos más celebrados y oscuros, La casa de Adela. Adela es una niña que cuenta con un brazo y un muñón, mismo que se convierte en un arma para enfrentar el mundo cruel de la infancia y sus juicios. Gaspar es el mejor amigo de Adela. Gaspar es el heredero de los poderes del médium más poderoso de la orden y su madre, Rosario es sangre de los iniciadores de la orden. Mariana Enríquez nos ofrece aquí, el punto de vista de Gaspar. ¿Cómo escapar de la noche te vigilia? ¿Cómo huir del abismo en qué te estás convirtiendo? ¿Cómo ser un niño normal si solo conoces el dolor y los fantasmas?
Enríquez convoca al hechizo, nos atrapa y ofrece nuestra parte de noche.
Nuestra Parte de Noche
Premio Herralde de Novela 2019
Editorial Anagrama
2019
680 páginas.