Acabo de descubrir que me equivoqué en la numeración de los retos. El gráfico dice 37 y el título dice 38, así que esta entrada es la número 38*. Lamento la errata. Aclarado el asunto, nos concentramos en el reto de esta semana, esta vez quiero que nos enfoquemos a escribir sobre las profesiones de nuestros personajes sin abordar directamente sus actividades o delatarlas demasiado.
Recuerda que es más efectivo mostrar a nuestro personaje haciendo su trabajo que decir lo que está haciendo, ejemplo: Todos los días tiene una ruta diferente, debe decidir el camino más corto, encender la sirena, esquivar conductores negligentes; sus decisiones salvan la vida de sus compañeros y también de aquellos quienes enfrentan el fuego. No decimos exactamente que es un bombero, puede ser un conductor de ambulancia, o un oficial en patrulla. No se «siente» igual si lo ponemos así: Martín es bombero. Maneja el camión de bomberos. Obviamente no es incorrecta la oración, pero sí podemos jugar un poco con el lector. El ejemplo anterior es muy usado en los libros infantiles dirigidos a preescolares que empiezan a leer.
Aquí mi ejercicio
El Regreso
Se casó muy joven. Apenas tenía 19 años. El matrimonio fue fructífero. Como en un sueño se llenó de hijos para quienes, ella, era su mundo. Isidra tenía los ojos dulces y las manos callosas y pequeñas. Sus días eran largos como la cuaresma y sus sacrificios. Vestía de negro y con traía el cabello cubierto. Era una mujer devota y resuelta, en cualquier empresa reconocerían su liderazgo, su determinación, su compromiso, pero, siempre hay un pero, sus hijos la ocupaban todo el tiempo, cuando no enfermaba uno, el otro estaba peleando o la más pequeña no podía hacer sola la tarea. Además, estaba la casa, siempre había cosas por hacer como hoy, que había que ir al mercado y comprar el mandado para la semana, repasar con los más chicos y hasta jugar futbol.
Su metro y cincuenta y cinco centímetros trazaba brochazos negros en los pasillos de las frutas y verduras. Peleaba cada peso como si fuera el último, el único, aunque su marido era generoso en amor y compasión, la calidez no pagaba el queso, los recibos de luz, o las muchas medicinas que ocupaban los chicos. Don Edy, atendía la carnicería y era el más duro al momento de negociar los precios, solo Isidra lograba sacarle una sonrisa que me asegura el cielo, afirmaba el carnicero, soltando la carcajada.
La vida para Isidra también representaba retos, como aquella mañana de noviembre que tuvo que separarse de uno de sus hijos. Su marido lo reclamaba. No escuchó los ruegos. Los reclamos y el silencio no lo hicieron cambiar de opinión. El niño se negaba a irse. Isidra estaba rota por dentro. Lágrima a lágrima ablando el corazón de su esposo y él le permitió despedirse. Acunó a su hijo en brazos, le cantó en voz baja y lo acercó a su corazón hasta que el niño se quedó dormido.
—Sor Isidra, deme al niño, ya regresó a la casa del Padre.
El personaje se desliza en todo el proceso de sus actividades, mientras el lector trata de adivinar; va suponiendo una esposa cariñosa y abnegada, que despliega su encanto, belleza interior, en el intercambio de servicios. Asi hasta que aparece algo inusitado; el esposo amado se convierte en tirano, al querer llevarse a su hijo sin que la madre lo apruebe. El hijo parte con el padre y se descubre que la madre es Sor, esposa del Padre.
Felicitaciones me gusto mucho