Ayer fue uno de esos días donde la magia se escapaba de mis manos. Pero, como siempre la literatura y unos abrazos de corazón, colocaron a esta trapecista de nuevo en la pista del circo. Así que me dediqué a buscar una de esas pelis que te recordaran porque hay esperanza. Busqué una peli que encendiera mi fe y me encontré con una apuesta encantadora, se llama Robin Robin.
Realizada por Aardman Animation, con el guion y dirección de Dan Ojari y Michael Please. Robin Robin nos cuenta la historia de una pajarita muy especial, ella quiere ser como sus hermanos, quiere ser un verdadero ratón.
El corto está realizado en claymation y stopmotion y logra una experiencia visual maravillosa. Los personajes son adorables en su construcción narrativa y en su presencia en pantalla. Los ambientes están llenos de detalles que le dan al corto una producción muy cuidada y especial. Me gusta que, aunque hace un par de guiños a la Navidad, no es la clásica historia de la temporada; de una forma sencilla habla de temas importantes como la identidad, la familia, la aceptación y el amor.
Punto y aparte la selección de las voces que le imprimen un toque divertido e inolvidable. Gillian Anderson es deliciosamente malévola en su papel de gata y Bronte Carmichael está fantástica en su interpretación de una adorable y divertida pajarita que quiere robarse la estrella del árbol de Navidad de los “jumans” para pedirle un deseo.
Robin Robin es ideal para empezar el fin de semana o para la mañana de Navidad. Se convertirá en un clásico para chicos y grandes, porque es divertida, encantadora y sobre todo que refuerza el mensaje de creer en la magia…de ser tú.
Disfrútala en la plataforma Netflix.