Edgar Maldonado Bayley (Buenos Aires, 1919 –1990), poeta, cuentista y ensayista. Su nombre se encuentra asociado a las vanguardias de las décadas del 40 y 50. Bayle con un sentido crítico implecable en el manejo de la imagen y su evolución en el lenguaje poético, renueva la tendencia poética con su manifiesto acerca del invencionismo.
Una muestra de su obra poética.
Poema
cuando llegas
a la hora precisa
algo se despierta
es la hora de tu piel
de tu mediodía
el sol sigue su camino
los niños se agolpan
en los puntos cardinales
tu voz
tu puño vuelve a aclararse
dios mío
deja que por una vez sola
mi palabra ruede a la luz del día
todo es inmortal
ahora
y al viajero que llega
fatigado y tarde
le es permitido callar su nombre
comprendemos
le dicen
puedes sentarte a nuestra mesa
tanta libertad
tanta ardida mudanza
no ha sido en vano
los ojos se vuelven
a la mañana del sueño
han visto lo suficiente
en la calle
entre las sombras
en el aire
en el grito
en el pecado y la salud
han conquistado su alegría
Cuando el aire
cuando el aire se puebla estoy presente
canta la puerta el fuego la esperanza
conoces tu nombre y la sangre de su sueño
la tierra donde amanece el día
cuando la luz llega canta mi silencio
es suficiente el lejano retumbar del trueno
la verde falda de la montaña
y este momento ayer mañana
es suficiente
confiar esperar
estar despierto
Entre un hombre y una mujer
entre un hombre y una mujer
la vida crece
y crecen las lunas
los techos
la intemperie
mientras se entrecruzan palabras halcones arañas
zigzagueos de la sombra y la espera
entre un hombre y una mujer
la pasión crece
el fulgor de una lucidez relampagueante
que traza en lo oscuro sus presagios
y cada uno teme al otro
y cada uno confía entrega una almendra al otro
y cada uno espera y dice: dios mío amor mío
y cada uno quisiera un reino azul para el otro
en cualquier parte del cielo o de la tierra
una magnolia
la arcilla
unos balcones que dan a un bosque espeso
mientras oscurece
pero el otro no sabe nada y calla
esto suele pasar entre un hombre y una mujer
que se aman
y que apenas se conocen
hasta que las caricias estallan
y se dicen todo sin decírselo
con las manos sus cuerpos
con la respiración entrecortada
la misma de la tierra toda.
Cuando ella
Cuando ella abre los ojos las horas despiertan
respiran como matas de hierba al amanecer
como pájaros en la mañana del día siguiente
cuando ella extiende sus brazos la máscara cesa
el olvido cesa las orugas reinician su marcha
cuando ella vuelve a nadar en el agua dormida
la tierra entrega sus llaves sus momentos propicios
su amapola su maíz
una lluvia de azufre una bandera en llamas
cuando ella mira a lo lejos
se disuelven las sombras y el nacimiento llega.
Mi amada estanque azul huerto cabellos
fulgurante viva fluvial origen buscada reencontrada
como un islote un puente una manzana un tatuaje
en la noche hendida en la marmita en la estrella marina
en la mano párpado llamado reflejo de mi amada
en forma de estanque azul
de miel
de estornino
de gota de agua
de cabellos
regresamos una y otra vez al centro del fuego
del dolor
del huerto
la distancia la desgarrada higuera
y eternamente otra y eternamente igual
en la corriente en el llanto
salitre otoño alba rota soledad escondido silencio brisa furia
años sombra desventurado niño simiente
paredes de olvido lluvia y grito y casa
roja estancia andenes
te doblegas te curvas en tu fiebre antigua en tu costado
los dos solos devorando toda noche toda celda
súbito amanecer canal del sueño
lengua que disuelvo en mi silencio en mis dos puertos
tibio cuerpo llegada partida del mar polo irremediable
sin memoria sin nombre
abierto al dios que nos recrea
en cada espasmo de labios azules de piedras azules
en la nuca en la espuma en el purísimo rescoldo
desciendo al día primero a la primera mañana al aviso inicial
por tus ojos por tu boca por tu sexo penetro me despido
pierdo altura razón vidamuerte te tomo me disuelvo
y otra vez te amo soy el día cerca de tus hojas
un río una voz