Ventanas
¿No es éste un viaje
también —tan sólo —un viaje por tu mirada?
Mira: toda la ciudad enfrente
Miope
con sus oscuras antiparras de niebla.
¿O será que respiro
tan cerca
que te mancho los ojos?
Quiero escribir en el cristal “Te quiero”
¡pero toda la ciudad se enteraría!
Elementos
Tus ojos eran mi aire
y el aire para sí
jugaba a ser redondo, rodando.
Tus ojos eran mi aire y mi fuego,
y los dos entre sí
jugaban uno a mantener el otro, consumiéndose.
Tus ojos eran mi aire y mi fuego,
pero también mi agua
y los tres entre sí
jugaban uno a consumir el otro, manteniéndose.
Porque tus ojos eran
mi agua
mi fuego
y mi aire,
tengo transida de rumor el alma
como el árbol de pino la madera,
y tengo más: las raíces
anudadas a ti,
porque tus ojos eran
mi aire
mi fuego
y mi agua,
pero también
mi tierra.