Blanca Varela

por | Mar 1, 2022

Blanca Leonor Varela Gonzales (Lima,Peru 1926-12 de marzo 2009) Una de las voces poéticas más importantes de América Latina. Sus obras han sido traducidas al alemán, francés, portugés, ruso, inglés e italiano. El hecho que algunas de sus obras hayan sido traducidas al alemán, francés, inglés, italiano, portugués y ruso implica un reconocimiento a su obra fuera de las fronteras de su país natal. Ganadora de los premios Octavio Paz de Poesía y Ensayo en el año 2001,  el Premio Ciudad de Granada 2006 y los premios García Lorca y  Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2007.

El mar pliega las alas al atardecer…

El mar pliega las alas al atardecer,

tú no eres sino una pálida burbuja

navegando al golpe del aliento,

un negro trino,

el sol que sale en el centro del pecho

en mitad de la calle,

un silencio en la música dura

de la ciudad sin límites.

Para atravesar ese océano,

ese golpe de luz en la siesta,

no bastaría la eternidad.


Juego amoroso

Las manos a la altura del aire 

a dos o tres centímetros del vacío 

no se mirará nada preciso 

la polvareda que pasa 

el inesperado cortejo de plumas 

arrancadas al vuelo 

la nubecilla rosada y tonta 

que ya no es 

el cierraojos y el ábrelos 

en la breve opacidad 

de una luz que no se ve 

y el sueño pies de goma 

y azules y brillantes 

las estrellas 

rientes 

párpado sobre párpado 

labio contra labio 

piel demorada sobre otra 

llagada y reluciente 

hogueras 

eso haremos a solas


Ejercicios

I

Un poema 

como una gran batalla

me arroja en esta arena

sin más enemigo que yo

yo

y el gran aire de las palabras

II

miente la nube

la luz miente

los ojos

los engañados de siempre

no se cansan de tanta fábula

III

terco azul

ignorancia de estar en la ajena pupila

como dios en la nada

IV

pienso en alas de fuego en música

pero no

no es eso lo que temo

sino el torvo juicio de la luz


Poema

Hoy estás en los brazos

de mi feroz imaginación

brazos que han matado

brazos con que tapo mis ojos

con un gesto de lobo

para buscarte un hogar

un lento y suave infierno

donde todo calor

provenga

de una furtiva lágrima

oh líquido mundillo

oh jadeante fantasma

no eres

sino el ojo que estalla

y que deja caer

como si no ocurriera

sus mejores colores

en mi entraña

ojo que hociquea

que peino con la más pura saliva

aquí en mis brazos

entre mis torpes alas de mamífero

la muy compuesta y perdurable nada

para siempre te guarde

y el buen mal ojo salta

y se eleva en el oscuro cielo de mi lecho

y ese cielo

es el marco impreciso de una frente

que ya no reconozco

esa sombra ese objeto esa cosa

con boca con nariz y con oídos

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