Paul Eluard (1895-1952)
Es la primera vez que leo a Paul Eluard y debo confesar que lanzó un hechizo. Un conjuro, una adicción a esa obsesión por la muerte, por la vida, por la desdicha compartida. Eluard aprovecha los recursos de la repetición para construir la muerte, una muerte que va, la muerte que viene, la muerte vivida.
Aborda el tema de la imaginación y el sueño, con cierta dulzura y nostalgia, como en su verso: Velar sobre ti es soñar ser tú
El sueño y el amor se entretejen en un aire vivo, en un grito de complicidad escribe desde la Libertad. El poeta se vuelca a su interior, a su intimidad y a su propia búsqueda, aparece el tema del cuerpo no como una respuesta erótica, sino el cuerpo como ser, una totalidad de venas y músculos que requiere la ensoñación y el latido para configurar su propio mundo. Dedica poemas a sus amigos a Picasso, a Ernst, escribe sobre la noche, el mar y los insectos rojos, habla de la lucha de los sexos, de la semejanza y de la idea de que una mujer da a luz siempre a su imagen, del rencor y la vida, del alba y la aurora.
El amor es un hombre inconcluso afirma Eluard, en Al perderse la vida.
Porque la vida se aprende como se olvida, palabra por palabra, porque se ama por amar.
Aquí te compartimos algunos de sus poemas.
Al alba te amo
Al alba te amo…
Al alba te amo tengo toda la noche en las venas
Toda la noche te he contemplado
Tengo que adivinarlo todo me siento seguro en las tinieblas
Ellas me conceden el poder
De envolverte
De sacudirte deseo de vivir
En el seno de mi inmovilidad
El poder de revelarte
De liberarte de perderte
Llama invisible de día.
Si te vas la puerta se abre hacia el día
Si te vas la puerta se abre hacia mí mismo.
Te amo
Te amo por todas las mujeres que no he conocido.
Te amo por todos los tiempos que no he vivido.
Por el olor del mar inmenso y el olor del pan caliente.
Por la nieve que se funde por las primeras flores.
Por los animales puros que el hombre no persigue.
Te amo por amar.
Te amo por todas las mujeres que no amo.
Quién me refleja sino tú misma me veo tan poco sin ti no veo más que una planicie desierta.
Entre antes y ahora
están todas estas muertes que he sorteado sobre paja. No he podido atravesar el muro de mi espejo.
Tuve que aprender la vida como se olvida
palabra por palabra
Te amo por tu sabiduría que no me pertenece.
Te amo contra todo lo que no es más que ilusión. Por el corazón inmortal que no poseo
crees ser la duda y no eres sino razón.
Eres el sol que me sube a la cabeza
cuando estoy seguro de mí.
La enamorada
Ella está de pie sobre mis párpados y sus cabellos están en los míos
Ella tiene la forma de mis manos
Ella tiene el color de mis ojos
Ella se desvanece en mi sombra
Como una piedra sobre el cielo
Ella tiene siempre los ojos abiertos
y no me deja dormir.
Sus sueños en plena luz
hacen evaporarse los soles
Me hacen reír, llorar y reír
Hablar sin tener nada que decir