Amparo Dávila, escritora y poeta mexicana (1928-2020). Ganadora de múltiples reconocimientos como el premio Xavier Villaurrutia y la medalla Bellas Artes por su trayectoria. La obra de Dávila es rica en fantasía y ambientes. Su poesía, en cambio está llena de sensaciones, la palabra se transforma en sentidos e intensidad. Te compartimos algunos de sus poemas.
CUANDO DESPIERTA EL TACTO
Cuando despierta el tacto y se alarga el infinito en el tiempo suspendido, cuando cada poro es como tentáculo ávido se sensaciones, de color, de sonidos precisos; cuando las imágenes desleídas vuelven otra vez, habitadas, y cruzan en procesión por el abierto escenario:
Pasan ciudades bajo la niebla, oscuros pueblos cerrados, sombrías ventanas húmedas; pasan máscaras, muñecas rotas, lentos desenterrados sin rumbo, lágrimas secas y oscuras sonrisas, apenas entreabiertas;
Siguen pasando: mutiladas estatuas, fragmentos de luna, esqueletos rosas, amarillos papeles de olor, a despedida, a clausuradas esperanzas;
Pasan también en agobio los lejanos horizontes del sueño y caminos y mares y mundos imposibles.
Hay cadenas que detienen, raíces que se aferran a la tierra que las sustenta como el hijo a la madre, y se ahondan, se alargan en el origen definiendo posiciones:
—Esta es mi casa— la tierra atormentada; en mi sustancia, el barro desolado, el sueño y el agua, la ceniza y el fuego.
DECIR TU AUSENCIA
Aquí, donde comienza tu ausencia, en este litoral del olvido donde una esperanza se consume,
estoy como molino sin aspas; como barco sin velas,
soy el eco de otros gritos; amarga sal concentrada de otros llantos,
me circunda un horizonte de ruinas; me acecha una noche sin luna y sin estrellas.
El cuerpo es una llama viva
Pasión en movimiento
La noche con luna y con estrellas.