MarÃa Sabina nace en Huautla de Jiménez y muere en 1985 en Oaxaca, Oaxaca. Nunca supo su edad. Heredera de la tradición mazateca. Chamana y curandera. Descubrió el poder de los hongos y con ellos inició un viaje a otros planos, otros mundos. Su poesÃa es auténtica y rica en imágenes.
MaravÃllate con MarÃa Sabina.
Cúrate mijita
«Cúrate mijita, con la luz del sol y los rayos de la luna. Con el sonido del rÃo y la cascada. Con el vaivén del mar y el aleteo de las aves.
Cúrate mijita, con las hojas de la menta y la hierbabuena, con el neem y el eucalipto. Endúlzate con lavanda, romero y manzanilla. Abrázate con el grano de cacao y un toque de canela. Ponle amor al té en lugar de azúcar y tómalo mirando las estrellas.
Cúrate mijita, con los besos que te da el viento y los abrazos de la lluvia.
Hazte fuerte con los pies descalzos en la tierra y con todo lo que de ella nace. Vuélvete cada dÃa más lista haciendo caso a tu intuición, mirando el mundo con el ojito de tu frente.
Salta, baila, canta, para que vivas más feliz.
Cúrate mijita, con amor bonito, y recuerda siempre… tú eres la medicina.»
Mujer EspÃritu
Soy la mujer que sólo nacÃ.
Soy la mujer que sola caÃ.
Soy la mujer que espera.
Soy la mujer que examina.
Soy la mujer que mira hacia adentro.
Soy la mujer que mira debajo del agua.
Soy la nadadora sagrada
porque puedo nadar en lo grandioso.
Soy la mujer luna.
Soy la mujer que vuela.
Soy la mujer aerolito.
Soy la mujer constelación huarache.
Soy la mujer constelación bastón.
Soy la mujer estrella, Dios
porque vengo recorriendo los lugares desde su origen.
Soy la mujer de la brisa.
Soy la mujer rocÃo fresco.
Soy la mujer del alba.
Soy la mujer del crepúsculo.
Soy la mujer que brota.
Soy la mujer arrancada.
Soy la mujer que llora.
Soy la mujer que chifla.
Soy la mujer que hace sonar.
Soy la mujer tamborista.
Soy la mujer trompetista.
Soy la mujer violinista.
Soy la mujer que alegra
porque soy la payasa sagrada.
Soy la mujer piedra del sol.
Soy la mujer luz de dÃa.
Soy la mujer que hace girar.
Soy la mujer del cielo.
Soy la mujer de bien.
Soy la mujer espÃritu
porque puedo entrar y puedo salir
en el reino de la muerte.
Soy un ciervo: de siete púas,
soy una creciente: a través de un llano,
soy un viento: en un lago profundo,
soy una lágrima: que el Sol deja caer,
soy un gavilán: sobre el acantilado,
soy una espina: bajo la uña,
soy un prodigio: entre las flores,
soy un mago: ¿quién sino yo
inflama la cabeza frÃa con humo?
Soy una lanza: que anhela la sangre,
soy un salmón: en un estanque,
soy un señuelo: del paraÃso,
soy una colina: por donde andan los poetas,
soy un jabalÃ: despiadado y rojo,
soy un quebrantador: que amenaza la ruina,
soy una marea: que arrastra la muerte,
soy un infante: ¿quién sino yo
atisba desde el arco no labrado del dolmen?
Soy la matriz: de todos los bosques,
soy la fogata: de todas las colinas,
soy la reina: de todas las colmenas,
soy el escudo: de todas las cabezas,soy la tumba: de todas las esperanzas