Guadalupe Teresa Amor Schmidtlein mejor conocida como Pita Amor. Nació un 30 de mayo de 1918.
Actriz de teatro, musa de pintores y fotográfos. Se relacionó con grandes artistas. Su vida fue controversial y libre de ataduras, como su poesÃa. En esta habla de la soledad, el amor, el desasosiego y un hilo mÃstico que evoca al trabajo de Sor Juana.
Pita Amor amó con intensidad y pasión, enigmática y adictiva solÃa rodearse de intelectuales y artistas. Pionera de la liberación femenina durante los cincuentas. Su poesÃa marca una era, rompe con el estereotipo de la mujer fragil y dulce, y nos vuelca al pecado y a la locura de amar sin medidas.
No te compares con tu tÃa de fuego! ¡No te atrevas a parecerte junto a mÃ, junto a mis vientos huracanados, mis tempestades, mis rÃos de lava! ¡Yo soy el sol, muchachita, apenas te aproximes te carbonizarán mis rayos! ¡Soy un volcán!
Pita Amor.
Algunos de sus poemas
LetanÃa de mis defectos
Soy vanidosa, déspota, blasfema;
soberbia, altiva, ingrata, desdeñosa;
pero conservo aún la tez de rosa.
La lumbre del infierno a mi me quema.
Es de cristal cortado mi sistema.
Soy ególatra, frÃa, tumultuosa.
Me quiebro como frágil mariposa.
Yo misma he construido mi anatema.
Soy perversa, malvada, vengativa.
Es prestada mi sangre y fugitiva.
Mis pensamientos son muy taciturnos.
Mis sueños de pecado son nocturnos.
Soy histérica, loca, desquiciada;
pero a la eternidad ya sentenciada.
Voy a narrarte
Voy a narrarte Juan de Dios amado
lo que acontece por mi cuerpo obscuro
y por mi corazón tan inseguro,
igual que un llano abierto y desoladoÂ
Voy a contarte Juan lo que he pecado
lo que he pecado viendo contra el muro
De mi pecado criminal y duro,
voy a hablarte don Juan enamoradoÂ
Voy a contarte cómo yo en la sombra
apuñalé mi rostro en el espejo
y huà al laberinto del olvidoÂ
donde nada perturba ya ni asombra,
donde la luz no deja ni un reflejo
y la sábana blanca no hace ruido
Esos besos
Esos besos que nunca tú me diste
esas caricias casi clandestinas
esas caricias tuyas, asesinas
y tu recuerdo que cual toro embisteÂ
Ya ni el demonio tétrico me asiste
Recorro en vano todas las cortinas
Mis noches son de sombra y de morfina
desde una tarde en que sin fin partisteÂ
Desde esa tarde miro cada tarde
una montaña lila y transparente
una montaña de aluminio eternoÂ
Mi corazón de vidrio es muy cobarde
terribles, los conflictos de mi mente
Soy la dueña absoluta del infierno