Poeta, ensayista, cuentista y periodista brasileño. (1924-2012)
Pertenece a la generación del 45. Su poesÃa aborda el tema cotidiano, el amor, la exaltación a la naturaleza, la ruptura que representa la muerte y el mar.
Te dejamos algunos de sus poemas.
Mar femenino
Te amo porque te pareces al mar
y junto a tu cuerpo los dÃas se repiten como cicatrices
[entreabiertas.
Te amo porque eres más bella cuando estás inmóvil
en los instantes sin orillas ni leyendas
cuando tus rodillas recuerdan arenas duras
y tu sangre es un sol que corre por tus venas.
Asà como estás recuerdas al mar subiendo, al mar
femenino de los acantilados y de las cuevas submarinas,
al mar de mi infancia, elevado en mi sueño, al mar
sentado como un trono sobre la tierra.
Con tus pies colocados como proas de navÃos, evocas el
mar despojado de todas las islas, el mar de los amantes
que se aman como fieras marinas en medio de las
aguas elevadas, el mar de profundas densidades como
bitácoras.
Admites el amor unido al agua y a la piedra
y eres bella como el sueño, la ola o el viento del mar.
El sol de los amantes
El oficio de quien ama es ver
un sol oscuro sobre la cama,
y engendrar en el frÃo el fuego
de un verano que calla su nombre.
Es ver, constelación de pétalos,
cuando la nieve cae sobre la tierra,
algodón del cielo, aire del silencio
que nace entre dos espaldas.
Es morir, lúcido y secreto,
cerca de tierras absolutas,
de ese amor que mueve las estrellas
y encierra a los amantes en un cuarto.
La meta
Juguemos fuera de nuestros cuerpos,
que se vuelven licenciosos.
Quedémonos sólo con nuestras almas,
entes abstractos y radiantes.
Guardemos apenas lo eterno,
lo demás es efÃmera escoria.
Aspiremos a lo absoluto.
El resto no vale la pena.
Los cuerpos que aman y desaman
y se enroscan, flexiblemente,
en el blanco universo de las camas,
son los embrujos sucesivos
de nuestras almas exigentes
que sólo aceptan el ParaÃso.