Una selección de poemas de Navidad.
RESPLANDOR DEL SER
Para la adoración no traje oro.
(Aquí muestro mis manos despojadas)
Para la adoración no traje mirra.
(¿Quién cargaría tanta ciencia amarga?)
Para la adoración traje un grano de incienso:
mi corazón ardiendo en alabanzas.
Rosario Castellanos
AQUÍ ESTÁ LA MAÑANA
Aquí está la mañana,
Cuerpo del día,
bañándose en el agua
de la Alegría
Aquí está la Alegría
con los brazos en cruz.
Aún de las piedras brota
sudor de luz.
Ha nacido la Luz.
Joven pastor que guías
al pastor ciego;
¿no me miras los ojos,
los que no tengo?
Yo palpo las luciérnagas
y no las veo.
Joven pastor; mis ojos
Se ven de ciego.
A la luz, a las luces,
pan de mis ojos,
ponle un poco de luz,
dásela pronto.
Al color de los pájaros
y de los peces;
a la luz de tus luces
y de tus sienes
por los dedos del día
que todo tienen,
sácame de los ojos
lo que me hiere,
lo negro del diamante
que no se enciende,
y del pez y los pájaros
y de la luz del día
que corra en mi corazón como la tinta
de este paisaje azul que con los árboles
sostiene el alma de este
inmenso día.
Carlos Pellicer
PARA NAVIDAD
Pues el amor
nos ha dado Dios,
ya no hay que temer,
muramos los dos.
Danos el Padre
a su único Hijo:
hoy viene al mundo
en pobre cortijo.
¡Oh gran regocijo,
que ya el hombre es Dios!
no hay que temer,
muramos los dos.
Mira, Llorente
qué fuerte amorío,
viene el inocente
a padecer frío;
deja un señorío
en fin, como Dios,
ya no hay que temer,
muramos los dos.
Pues ¿cómo, Pascual,
hizo esa franqueza,
que toma un sayal
dejando riqueza?
Mas quiere pobreza,
sigámosle nos;
pues ya viene hombre,
muramos los dos.
Pues ¿qué le darán
por esta grandeza?
Grandes azotes
con mucha crudeza.
Oh, qué gran tristeza
será para nos:
si esto es verdad
muramos los dos.
Pues ¿cómo se atreven
siendo Omnipotente?
¿Ha de ser muerto
de una mala gente?
Pues si eso es, Llorente,
hurtémosle nos.
¿No ves que El lo quiere?
muramos los dos.
Santa Teresa de Jesús