Emily Elizabeth Dickinson (Amherst, Massachussets, 10 de diciembre de 1830 – Amherst, 15 de mayo de 1886).  Es una de las principales personalidades de la poesÃa estadounidense del XIX. Recibió una educación privilegiada; Emily estudió alemán, piano, canto, jardinerÃa y botánica. En vida se recluyó en su casa por una cuestión de salud. Su hermana Lavinia fue la encargada de recopilar y publicar su gran obra. Su obra está llena de misterio y sensibilidad, una explosión por la naturaleza y la luz producto de la observación y un talento a flor de piel.
Aquà algunos de sus poemas
POEMA 37
Corazón, le olvidaremos
en esta noche tú y yo.
Tú, el calor que te prestaba.
Yo, la luz que a mà me dio.
Cuando le hayas olvidado
dÃmelo, que he de borrar
aprisa mis pensamientos.
Y apresura tu labor
no sea que en tu tardanza
vuelva a recordarle yo.
Que yo siempre amé
Que yo siempre amé
yo te traigo la prueba
que hasta que amé
yo nunca vivà -bastante-
que yo amaré siempre
te lo discutiré
que amor es vida
y vida inmortalidad
esto -si lo dudas- querido,
entonces yo no tengo
nada que mostrar
salvo el calvario.
Pequeñez
Es cosa tan pequeña nuestro llanto;
son tan pequeña cosa los suspiros…
Sin embargo, por cosas tan pequeñas
vosotros y nosotras nos morirnos.
Poema 917
El Amor – es anterior a la Vida –
posterior – a la Muerte –
inicial de la Creación, y
de la tierra el Exponente –
POEMA 113
Soportar nuestra parte de noche —
nuestra parte de amanecer —
Nuestro vacÃo llenar con deleite,
nuestro vacÃo con desdén —
Una estrella aquà y otra allá,
¡algunos pierden el camino!
Una niebla aquà — y otra allá —
y luego – ¡El DÃa!