Gabriela Mistral

por | Nov 15, 2021

Lucila Godoy Alcayaga mejor conocida como Gabriela Mistral. Poetisa, profesora, diplomática y pedagóga. Nació en Vicuña, Chile el 7 de abril de 1889. En 1945 recibió el premio nobel de literatura. Fue la primera mujer iberoamericana en recibirlo.

Te compartimos un poco de su poesía y su décalogo del artista.

Besos

Hay besos que pronuncian por sí solos

la sentencia de amor condenatoria,

hay besos que se dan con la mirada

hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles

hay besos enigmáticos, sinceros

hay besos que se dan sólo las almas

hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcinan y que hieren,

hay besos que arrebatan los sentidos,

hay besos misteriosos que han dejado

mil sueños errantes y perdidos.

Hay besos problemáticos que encierran

una clave que nadie ha descifrado,

hay besos que engendran la tragedia

cuantas rosas en broche han deshojado.

Hay besos perfumados, besos tibios

que palpitan en íntimos anhelos,

hay besos que en los labios dejan huellas

como un campo de sol entre dos hielos.

Hay besos que parecen azucenas

por sublimes, ingenuos y por puros,

hay besos traicioneros y cobardes,

hay besos maldecidos y perjuros.

Judas besa a Jesús y deja impresa

en su rostro de Dios, la felonía,

mientras la Magdalena con sus besos

fortifica piadosa su agonía.

Desde entonces en los besos palpita

el amor, la traición y los dolores,

en las bodas humanas se parecen

a la brisa que juega con las flores.

Hay besos que producen desvaríos

de amorosa pasión ardiente y loca,

tú los conoces bien son besos míos

inventados por mí, para tu boca.

Besos de llama que en rastro impreso

llevan los surcos de un amor vedado,

besos de tempestad, salvajes besos

que solo nuestros labios han probado.

¿Te acuerdas del primero…? Indefinible;

cubrió tu faz de cárdenos sonrojos

y en los espasmos de emoción terrible,

llenáronse de lágrimas tus ojos.

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso

te vi celoso imaginando agravios,

te suspendí en mis brazos… vibró un beso,

y qué viste después…? Sangre en mis labios.

Yo te enseñe a besar: los besos fríos

son de impasible corazón de roca,

yo te enseñé a besar con besos míos

inventados por mí, para tu boca.


Ausencia

Se va de ti mi cuerpo gota a gota. 

Se va mi cara en un óleo sordo; 

se van mis manos en azogue suelto; 

se van mis pies en dos tiempos de polvo. 

¡Se te va todo, se nos va todo! 

Se va mi voz, que te hacía campana 

cerrada a cuanto no somos nosotros. 

Se van mis gestos que se devanaban, 

en lanzaderas, debajo tus ojos. 

Y se te va la mirada que entrega, 

cuando te mira, el enebro y el olmo. 

Me voy de ti con tus mismos alientos: 

como humedad de tu cuerpo evaporo. 

Me voy de ti con vigilia y con sueño, 

y en tu recuerdo más fiel ya me borro. 

Y en tu memoria me vuelvo como esos 

que no nacieron ni en llanos ni en sotos.

 

Sangre sería y me fuese en las palmas 

de tu labor, y en tu boca de mosto. 

Tu entraña fuese, y sería quemada 

en marchas tuyas que nunca más oigo, 

¡y en tu pasión que retumba en la noche 

como demencia de mares solos! 

¡Se nos va todo, se nos va todo!  


Decálogo del Artista

I. Amarás la belleza, que es la sombra de Dios sobre el Universo. 

II. No hay arte ateo. Aunque no ames al Creador, lo afirmarás creando a su semejanza. 

III. No darás la belleza como cebo para los sentidos, sino como el natural alimento del alma. 

IV. No te será pretexto para la lujuria ni para la vanidad, sino ejercicio divino. 

V. No la buscarás en las ferias ni llevarás tu obra a ellas, porque la Belleza es virgen, y la que está en las ferias no es Ella. 

VI. Subirá de tu corazón a tu canto y te habrá purificado a ti el primero. 

VII. Tu belleza se llamará también misericordia, y consolará el corazón de los hombres. 

VIII. Darás tu obra como se da un hijo: restando sangre de tu corazón. 

IX. No te será la belleza opio adormecedor, sino vino generoso que te encienda para la acción, pues si dejas de ser hombre o mujer, dejarás de ser artista. 

X. De toda creación saldrás con vergüenza, porque fue inferior a tu sueño, e inferior a ese sueño maravilloso de Dios, que es la Naturaleza.

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